
Hace unos meses me dieron un puñado de cebollas bastante pequeñas y con un sabor muy intenso. Algunas las he utilizado para algún sofrito y ensaladas, pero al ser tan pequeñas (y poco habituales en mi cocina) he decidido conservarlas en vinagre para que cuando llegue el otoño y los fríos días del invierno (que llegarán, aunque ahora nos parezca mentira) pueda consumirlas acompañando alguna carne o como aperitivo.
Estas cebollas pequeñas son engorrosas de limpiar, pero para ello hay un truco infalible: las sumergimos durante 1 minuto en agua hirviendo y cuando las saquemos veréis que la piel se despega fácilmente. Os recomiendo que no cocerlas demasiado, pues estarán mucho mejor algo enteras.
Ingredientes:

3/4 de Cebollas pequeñas
2 clavos de especia
1 cucharadita de granos de pimienta negra
1 hoja de laurel
1 cucharadita de sal
1 L de vinagre (en mi caso de manzana)
Preparación:
1. Limpiamos las cebollas y las ponemos a cocer en una olla con agua unos 5 minutos.
2. En otra olla incorporamos el vinagre, la sal y los clavos y vamos calentando.
3. Escurrimos las cebollas y las incorporamos a la olla con el vinagre caliente, subimos el fuego y apagamos cuando rompa a hervir.

5. Cubrimos con el vinagre y cerramos
6. Echamos agua en una olla e introducimos nuestro tarro. Lo ponemos a hervir y hacemos el baño María durante 20 minutos. Transcurrido ese tiempo dejamos el tarro en el agua hasta que se enfríe.
7. Dejamos nuestro tarro en un lugar fresco y oscuro durante unos 3 meses.
Aclaración.
Si se utiliza más de un tarro, se introduce en cada uno una hoja de laurel y unas bolitas de pimienta negra. También se pueden utilizar otras especias o hierbas aromáticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario